La cultura de negocios actual tiene como centro el emprendimiento. Las personas jóvenes que emprenden saben asumir riesgos, no cualquier persona se atreve a salir de su zona de confort por perseguir una meta tan grande como lo es un negocio propio.
Pensar en el futuro es una característica común entre la gente que emprende y tiene éxito, sus esfuerzos se enfocan en madurar los ingresos, asegurando la estabilidad financiera a largo plazo.
Ya es común escuchar de alguien que renunció a su empleo para poner su propia empresa. El avance de la tecnología ha permitido que se reduzcan costos de oficinas y se subcontraten servicios más baratos usando métodos como el outsourcing. Esto permite que los emprendedores puedan destinar un porcentaje de sus ingresos a madurar su dinero en inversiones.
Comenzar a invertir es un paso importante hacia la independencia financiera.
Para ello es necesario contar con instrumentos de planeación como:
- Buen registro de gastos y necesidades del negocio
- Relación de ingresos y gastos personales.
- Porcentaje de las ganancias de la empresa o de los ahorros pueden invertirse
- Dar tiempo a que las inversiones maduren para poder recibir un retorno de inversión seguro.
Uno de los activos más valiosos de la sociedad emprendedora es el tiempo.
Es por eso que al no saber en qué invertir ni encontrar la oportunidad para pensarlo, a veces prefieren dejar el excedente capital en el banco o usarlo en resolver problemas urgentes dentro de su misma empresa. Sin embargo, hay instrumentos de inversión que cumplen con ciertas características favorables:
- Un riesgo menor: lo que protege las ganancias por las que se han trabajado tanto. El problema es que muchas veces este tipo de inversiones no representan un rendimiento tan atractivo, excepto en algunos casos como el inmobiliario.
- El mantenimiento es sencillo: ya que no hay que dedicarle tanto tiempo a estar al pendiente de las fluctuaciones mercantiles u otros indicadores. Esto permite seguir poniendo atención al crecimiento profesional y del negocio.
Conocer el perfil de inversionista es el primer paso
Cuando se toma la decisión de poner a trabajar el dinero ganado es común empezar preguntando a aquellas personas que tienen experiencia invirtiendo.
Aunque son valiosos, la personalidad, objetivos y situación actual de cada persona varía en cada caso. Conocer el perfil propio de inversionista permite enfocar la búsqueda y el análisis a los tipos de inversión que convengan a cada persona.
Por lo general existen tres tipos de inversionistas:
- Conservador: No le gusta arriesgar su dinero, prefiere un rendimiento bajo. Para este perfil son ideales los fondos de inversión a corto o mediano plazo.
- Moderado: El miedo a arriesgar aún es alto, pero enfoca su búsqueda en conseguir los mejores rendimientos. Para este perfil pueden funcionar la industria inmobiliaria o los índices de bolsas de valores que ofrecen un balance entre rendimiento y seguridad.
- Arriesgado: Este tipo de inversionista por lo general ya tiene una estabilidad financiera, lo que le permite arriesgar más con tal de obtener mayores rendimientos.
Después de analizar con qué tipo de inversión se quiere iniciar hay que mirar las opciones disponibles y hacer un análisis de los objetivos y las posibilidades.
Inversiones de mayor riesgo, a mediano y largo plazo:
- Inversiones de renta variable: Éstas se caracterizan por depender de la fluctuación del mercado para definir su valor. Por ejemplo, las acciones, donde el inversionista gana a partir de los dividendos de una empresa a la que le compra activos.
Este tipo de inversión tiene la ventaja de la liquidez, ya que se puede disponer del dinero en cualquier momento.
Este método de invertir es arriesgado, debido a que no se tiene control sobre la respuesta del mercado; los inversionistas novatos deben desarrollar cierta cultura financiera antes de arriesgar sus ingresos.
- Inversiones en divisas digitales: A pesar de que las opiniones se dividen respecto al riesgo y la ética de las monedas virtuales como Bitcoin, los inversionistas más familiarizados con la tecnología detrás de la moneda han tenido suerte ya que no hay ningún banco central, o institución financiera que regule su funcionamiento.
En el caso de Bitcoin representa una moneda descentralizada, abierta al público. Esto la hace susceptible a violaciones de privacidad, por lo que es considerada una inversión de alto riesgo.
Inversiones de riesgo bajo, a mediano y largo plazo:
- Inversiones de renta fija: Son instrumentos de inversión con un riesgo bajo y una rentabilidad que se conoce desde el principio. Los puedes adquirir en instituciones financieras como bancos.
En este tipo de inversión el riesgo es mínimo ya que la persona conoce exactamente cuánto dinero va a generar su dinero en el tiempo establecido ya que viene dado previamente por una tasa de interés. El margen de ganancia es muy poco.
- Bienes Inmuebles: Por lo general estos son bienes que nunca perderán su valor, al contrario. Hacer una buena investigación es importante y también significa elegir la mejor zona para comprarlo, tomando en cuenta las características y el contexto de su ubicación.
Es esencial también analizar el nivel de plusvalía, y poner todo en una balanza para tomar una decisión inteligente.
Ciudades en creciente desarrollo presentan oportunidades únicas en proyectos de inversión temprana de bajo riesgo. Los números son prometedores, y la disposición a madurar por más tiempo los ingresos se premia con un alto retorno de inversión.
Una vez que se haya tomado la decisión de cómo crecer el dinero, es un buen consejo acercarse con un especialista para resolver cualquier pregunta que se tenga.
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